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Valores para la innovación

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Banner de la Comunidad Vasca de Innovadores - Libro Verde de ValoresUn i-Talde (grupo de trabajo) de Innobasque ha elaborado una propuesta de valores innovadores, bajo el formato de “Libro Verde” (PDF, 847 KB), con el propósito de fomentar el espíritu emprendedor y la creatividad en la sociedad vasca.

En palabras de sus autores, “este documento es y debe ser entendido como una propuesta abierta para ser criticada y mejorada“. Se trata, por tanto, de provocar el debate y la participación de la sociedad en torno a esta propuesta de valores para la innovación.

“Nuestro objetivo es llegar al final de este proceso de debate con una propuesta inicial enriquecida, que se transforme en el compromiso de la sociedad vasca hacia los valores que van a guiar el cambio social para la innovación. Una suerte de gran «Pacto sobre los Valores» que quedaría recogido en «El Libro Blanco» de los valores de la innovación“.

El debate está abierto en la Comunidad Vasca de Innovadores. Estamos apuntados en este grupo de debate 32 personas, pero de momento no hay muchas aportaciones. ¿Algún voluntario para animar el debate?

Los valores propuestos en este “Libro Verde” son los siguientes:

  • El Conocimiento, como el recurso clave, la principal materia prima.
  • La Cooperación, filosofía sobre la que se asienta el trabajo y las relaciones entre los agentes sociales.
  • Apertura al cambio, como la actitud necesaria para aplicar el conocimiento adquirido y desarrollar nuevo conocimiento.
  • La Globalización, es decir, mentalidad y visión para actuar en un entorno global.

Comparto la importancia de estos cuatro elementos, pero me cuesta identificar el conocimiento y la globalización como valores.

Personalmente, destacaría la importancia de la cooperación. Supongo que será un valor clave en todos los ámbitos, pero al menos en mi entorno más próximo, el de la Administración pública, la cooperación es el gran reto que tenemos que afrontar. Y la cooperación no se produce sola, por generación espontánea. Es necesario establecer estructuras, mecanismos, métodos, recursos, etc. para que la cooperación se lleve a cabo de forma sistemática. La cooperación es la inversión más rentable que podemos hacer en la Administración pública. Como decíamos hace cuatro años en este blog, “la no colaboración tiene un coste demasiado alto para ser admisible“.

El “Libro Verde” tiene 58 páginas y buen numero de reflexiones interesantes, como este párrafo en el que se enlazan los tres primeros valores propuestos:

“La apertura al cambio es la actitud necesaria para aplicar el conocimiento adquirido. «El aprendizaje es el proceso que subyace e ilumina al cambio. El cambio es el hijo del aprendizaje». Y este cambio debe ser compartido, en cooperación con los demás en pro de una transformación social“.

En el documento, además de conceptualizar cada uno de estos valores, se identifican los comportamientos que se corresponderían con cada uno de ellos. Por ejemplo, en el caso de la cooperación los comportamientos clave serían los siguientes:

  • El liderazgo se convierte en liderazgo compartido, en equipo («equipos de líderes»), para un propósito común.
  • Claves para dirigir personas que son distintas (diversidad), piensan diferente y son sensibles.
  • Corresponsabilidad: trabajar como si el éxito dependiera del esfuerzo propio, sabiendo que en equipo 1+1 es más que 2.
  • Desarrollar la autoestima y la confianza en uno mismo y en los demás.
  • Comunicación y calidad en las conversaciones.
  • Ambientes de comprensión «hacia el otro» (razón-emoción), basados en la libertad. Cooperación entre distintos, que supone un alto nivel de convivencia.
  • Inteligencia emocional, aptitudes y capacidades de percepción, de pensamiento y razonamiento, empatía y control de las propias emociones.
  • Orientación a metas comunes y ambiciosas, pero alcanzables.
  • Formación de equipos ambiciosos, y construcción conjunta de comunidad.
  • Asunción de riesgos.

El documento dedica, también, un apartado a reflexionar sobre los factores que dificultan (frenos) y factores que favorecen (palancas) el desarrollo de estos valores.

En este apartado, que se asemeja bastante a un DAFO, se nos da un tirón de orejas a las administraciones públicas: “La Administración Pública ejerce un ejemplo negativo, al ser instituciones donde los cambios son muy escasos”. Y es verdad, las administraciones públicas somos organizaciones rígidas y poco innovadoras. Podemos y debemos dar mejor ejemplo a la sociedad y a sus organizaciones. Nos lo apuntamos, la Administración pública debe ser innovadora también para dar ejemplo.

Justo a continuación de este freno, se señala “la cultura empresarial jerárquica“. Vaya, pues este también nos vale para las administraciones públicas.

Pero más curiosa me resulta la crítica a la “cultura de indicadores“:

“En la actualidad medimos todo con indicadores que nos hacen exigir que siempre todo vaya «al alza», sin espacio para nuevas iniciativas de éxito a largo plazo”.

Y es que esto de los indicadores hay que hacerlo muy bien, porque si no, tienen mucho peligro.

En un apartado más breve se realiza un enfoque multinivel de la cultura de la innovación desde los planos de las personas, las organizaciones y el territorio.

Y, finalmente, el documento reflexiona sobre el camino a recorrer no sólo para la formulación definitiva de los valores innovadores, sino también para que estos valores sean difundidos y asumidos por la sociedad.

El objetivo último es actuar en el día a día, individualmente, según los valores definidos y consensuados colectivamente.



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